21 sept 2011

Los sueños, qué son, como reconocerlos y recordarlos

Resúmen del articulo original en: http://hermandadblanca.org/biblioteca/interpretacion-de-los-suenos/

Sueños 05 
En muchas culturas se atribuye un valor profético al sueño, concebido como un mensaje cifrado que es necesario desentrañar. Encontramos esta creencia, por ejemplo, en la Biblia (donde José interpreta los sueños de Faraón: Génesis 41:1-36). En Grecia la oniromancia fue una actividad habitual: conservamos un manual de interpretación de sueños, el de Artemidoro, del siglo II d.C.
Significado de los SueñosA principios del siglo XX, Sigmund Freud retoma la cuestión desde una perspectiva racionalista con su Interpretación de los sueños (1900).
El análisis de los mismos es para Freud la vía de acceso al inconsciente. Los psicoanalistas posteriores, ortodoxos o no, persisten en este empeño.
Miles de autores, miles de teorías distintas, intentan dar con la solución que les lleve a revelar qué es lo que se oculta tras los sueños; el por qué de ese sueño ese día en ese momento y ese sujeto.
Hoy en día se ha avanzado muchísimo en el estudio de los sueños, ya que la tecnología ha facilitado en gran medida el acercamiento a lo que podríamos llamar “energía del sueño”.

Sistemas avanzados de scanners, han detectado que en numerosas ocasiones los sueños son bucles de actividad cerebral que se repiten noche tras noche, y que se repiten en cada paciente, por lo que podríamos decir, que cada sujeto tiene una forma única e irrepetible de soñar, ya que la actividad cerebral representada por ondas electromagnéticas en las pantallas de esos scanners representan gráficas muy similares en cada paciente, y distintas entre dos de ellos. Todos estos avances no han servido para determinar que es lo que se sueña, y qué interpretación puede llevarse a cabo a raíz de esa gráfica.

FASES DEL SUEÑO

Los estados y las fase del sueño humano se definen según los patrones característicos que se observan mediante el electroencefalograma (EEG), el electrooculograma (EOG, una medición de los movimientos oculares) y el electromiograma de superficie (EMG). El registro de estos parámetros electrofisiológicos para definir los estados de sueño y de vigilia se denomina polisomnografía. Estos perfiles entregan dos estados del sueño:
1. Sueño de movimientos oculares rápidos (REM) (conocido también como sueño paradójico, desincronizado o D)
2. Sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM). Este último a la vez se subclasifica en 4 estados
1. La fase 1 del NREM es la transición desde la vigilia al sueño; se le reconoce por la desaparición del patrón regular ? (alfa) e instauración de un patrón de baja amplitud y de frecuencia mixta predominantemente en el intervalo theta (2 a 7 Hz), con movimientos oculares lentos “en balancín”.
2. La fase 2 del NREM se define por la aparición de complejos K y de husos de sueño superpuestos a una actividad de base similar a la del estado 1. Los complejos K son descargas lentas, negativas (hacia arriba) y de amplitud elevada que se continúan inmediatamente después por una deflexión positiva (hacia abajo). Los husos de sueño son descargas de alta frecuencia de corta duración y que presentan una amplitud característica con subidas y bajadas. La actividad ocular permanece ausente y el EMG continúa de manera similar al estadio 1.
3. La fase 3 del NREM se caracteriza por ser un sueño con más del 20% (pero menos del 50%) de actividad delta de amplitud elevada (> 75 microV)(0,5 a 2 Hz). Los husos del sueño pueden persistir, sigue sin haber actividad ocular, y la actividad del EMG permanece a un nivel disminuido.
4. En la fase 4 del NREM, el patrón electroencefalográfico lento y de alto voltaje de la fase 3 comprende al menos el 50% del registro. Las fases 3 y 4 del NREM se denominan en conjunto, como sueño de ondas lentas, delta o profundo.
El sueño REM se caracteriza por un EEG de baja amplitud y de frecuencia mixta similar al de la fase 1 del NREM. En este contexto, se producen brotes de actividad más lenta (3 a 5 Hz) con deflexiones negativas superficiales (“ondas en diente de sierra”) se superponen con frecuencia a este patrón. El EOG muestras de REM similares a las que se observan cuando la persona en cuestión permanece despierta y con los ojos abiertos. La actividad del EMG permanece ausente reflejando la atonía muscular completa de la parálisis motora descendente característica de este estado.

CLASES DE SUEÑOS

Se suelen tener varios sueños cada noche, pero sólo se recuerda el último. Aqui mostramos una clasificación por tipos:
* Sueños fronterizos
Estos sueños son aquellos que tenemos momentos antes de perder la consciencia y dormirnos, normalmente están relacionados con las actividades que hemos tenido durante el día y no tienen ningún carácter predictivo.
* Sueños de reajuste
Se producen a causa de agentes físicos externos, como golpes, roces o incluso calor excesivo. Por ejemplo, muchas veces hemos soñado que corremos pero que no podemos avanzar y cuando nos despertamos vemos que tenemos las piernas enredadas en las sábanas. También puede ocurrir que soñemos que algo está ardiendo y normalmente es una respuesta a un exceso de calor corporal.
* Sueños de satisfacción
Son los sueños en que se ven realizados los deseos que tenemos en la vida real, nos da lo que la vida en la realidad nos niega. Un ejemplo claro sería soñar que alguien se enamora de nosotros, y esto respondería a una carencia afectiva en la vida real. Estos sueños nos sirven para mantener el equilibrio mental y aguantar todo lo que nos ocurre, que no siempre es bueno.
* Sueños de satisfacción intelectual
Normalmente estos sueños los tienen aquellas personas que están tan absortas en su trabajo, que aunque duerman, su subconsciente sigue trabajando y durante ese tiempo pueden surgir ideas que después la persona, como no ha sido consciente de ellos, creerá que son sueños premonitorios.
* Sueños premonitorios
Son mensajes que no afectan al pasado sino que pueden prevenirnos de algún peligro o nos ayudan para alcanzar el éxito en alguna empresa. De todas formas, no hay que dejarse engañar por mucha literatura que no tiene la mínima base científica y que lo que puede hacer es desorientarnos.

TÉCNICAS PARA RECORDAR SUEÑOS


Sueños 07 

Estas son las técnicas que puedes seguir antes y después de dormir para incitar la memoria de los sueños:
Técnicas para antes de dormir:
1. Meditación tibetana: Cuando te acuestes concentrate en tu deseo de recordar los sueños. Después enfoca esa intención como si estuvieras situada detrás de tu garganta. Puedes imaginarte una esfera azul resplandeciente en la zona del cuello, e imagina que colocas en el interior de esa órbita azul tu deseo de recordar sueños. Visualiza un rato esta imagen hasta que te duermas.
2. Técnica del agua: Bebe la mitad de un vaso lleno de agua antes de acostarte y mientras la bebes, piensa concentradamente: “Esta noche recordará mis sueños”. Cuando te levantas a la mañana siguiente, si no te acuerdas de ninguna imagen onírica, bebe la otra mitad y piensa: “Recuerdo mis sueños, ahora y a lo largo del día.”
3. La técnica del tercer ojo: Coloca una taza o un cuenco con agua junto a tu cama. Justo antes de dormirte, sumerge los dedos en el agua y roza suavemente tu cuello. Luego tócate la frente con los dedos en la zona del tercer ojo. Mientras la rozas piensa con contundencia que vas a recordar tus sueños. A la mañana siguiente toca de nuevo estas dos zonas con el agua.
4. Ayuda espiritual: Relaja tu cuerpo y procura que tu columna vertebral esté recta. Tu mente debe permanecer tranquila y receptiva. Reza a Dios o pídele ayuda a tu guía de los sueños para que te facilite la memoria. Piensa que recordarás los sueños y repite esta afirmación antes de dormirte.
5. Visualización creativa: Cuando notes que empieces a dormirte, visualiza que te desiertas, miras el reloj, anotas la hora y escribes concienzudamente tus recuerdos sobre el sueño. Después, continúa con esta visualización hasta haberte despierto por la mañana y escribiendo otros sueños.
Técnicas para recordar después de dormir:
1. Darse la vuelta: Según diversas investigaciones y estudios, las personas damos la vuelta o cambiamos la postura inmediatamente después de un sueño. Se cree que ello facilita al cerebro desplazarse a un tipo distinto de onda cerebral. Si no hay forma de que recuerdes los sueños, cambia la posición corporal cuando estés en la cama ya que esto permite generar imágenes de sueño.
2. Conversación: Inmediatamente después de despertarte, cuéntale a alguien lo que recuerdes del sueño. A medida que hablas te irás acordando de más detalles, ya que permitirás que estos afloren a tu conciencia.
3. Escribir: Escribe todo lo que recuerdes hasta los detalles. Cuando no te acuerdes escribe: “No me acuerdo de mi sueño” Esta frase estimula tu recuerdo
4. Imaginación: Imagínate que es de noche y te preparas para ir a dormir, te lavas los dientes y te acuestas en la cama. Observa las imágenes y sentimientos que se te ocurren y no te olvides de dar rienda suelta a tu imaginación.
5. Garabatos: Si no te acuerdas de tu sueño, dibuja garabatos. Es una técnica que acostumbra a incitar asociaciones y despierta tu memoria.
6. Técnica del color: Trata de acordarte de qué color sentiste tu sueño y empieza a imaginarte ese color para incitar al recuerdo.
7. Coge dos almohadas. Siéntate en una de ellas y dile a la otra: “A ver, sueños ¿Por qué no venís a mi memoria?” Luego siéntate en la otra almohada y responde. Un ejemplo sería: “Porque siempre tienes tantas prisas por la mañana que nunca me da tiempo a venir.” Pasa de una almohada a otra durante ese diálogo.
8. Estado de ánimo: Con los ojos cerrados fíjate en tu estado de ánimo. Saborea ese estado como si fuera un vino de primera categoría. Sumérgete en esa emoción e increméntala. Esa técnica suele facilitarte la clave mental para recordar.

COMO CONTROLAR LOS SUEÑOS

Sueños 01 
¿Nunca les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban soñando? La mayoría de las personas han tenido alguna vez este tipo de experiencia espontáneamente, especialmente durante la niñez. Los sueños lúcidos son aquellos en los que el soñador cobra conciencia de estar soñando y a partir de esto interactúa (hasta el punto de tener el poder de manejar las cosas a su antojo) sabiendo que todo lo que percibe es parte de un sueño. Esto no solamente sucede, sino que es posible entrenarnos para lograrlo.
Aunque suena a utopía el control de los sueños se acepta como un hecho comprobado científicamente. Es desde 1975, cuando una serie de experimentos demostraron que era posible. Alan Worsey en Gran Bretaña y Stephen LaBerge en California, son dos investigadores que, de manera independiente, aportaron evidencia experimental sobre la existencia del sueño lúcido y aprendieron a provocar deliberadamente este fenómeno. Ambos fueron capaces de comunicarse “con el exterior” mientras dormían mediante señales previamente acordadas (tales como mover los ojos de una manera particular o respirar con mayor rapidez). Los sujetos no sólo llevaron a cabo dichas acciones sino que lo hicieron precisamente en los momentos en que el equipo electrónico señalaba que estaban soñando. De este modo demostraron que era posible actuar conscientemente mientras dormimos.

El Aprendizaje del Sueño Lúcido
I. Primer paso: Recordar los sueños
Hablando en términos generales, quienes quieren recordar sus sueños pueden hacerlo y aquellos que, por el contrario, no desean hacerlo, no suelen recordarlos. A ciertas personas les basta simplemente con tener la intención de recordar y con ser plenamente conscientes de esta intención antes de acostarse. Un modo eficaz de fortalecer esta decisión consiste en tener un diario de sueños sobre la mesa velador e ir anotando en él, apenas nos despertemos, todos los pormenores que podamos recordar de nuestro sueño. Cuantos más sueños apuntemos, más fácil nos será recordarlos. Por otra parte, la lectura de este diario puede procurarnos el beneficio adicional de ayudarnos a comprender la verdadera naturaleza de nuestros sueños y contribuir, de este modo, a reconocerlos con más facilidad en el mismo momento en que están aconteciendo.
Un método infalible para aumentar la capacidad de recordar los sueños consiste en habituarnos a preguntarnos «¿Qué es lo que he soñado?» cada vez que nos despertemos. Éste debería ser nuestro primer pensamiento cada vez que nos despertáramos, sin renunciar ante la primera tentativa sino permaneciendo totalmente inmóviles y concentrados, perseverando pacientemente en el intento hasta lograr recordar el sueño.
Como ocurre con cualquier otro proceso, el aprendizaje de la capacidad para recordar los sueños constituye un proceso, en ocasiones, lento. Debido a ello, es muy importante no desalentarnos en el caso de que las primeras tentativas no se vean coronadas por el éxito. A la larga, quien persiste en la práctica termina obteniendo resultados evidentes.
Es importante mejorar el recuerdo de los sueños porque es imposible tener un sueño lúcido sin recordarlo.
II. Inducción al Sueño Lúcido
Hay muchísimas técnicas distintas para llegar a tener sueños lúcidos. La más frecuente (y única que trato aquí) consiste en comenzar teniendo un sueño común, darse cuenta por algún motivo que se está soñando, y a partir de ese momento entrar en estado de lucidez. Este tipo de experiencia se llama DILD (Dream Induced Lucid Dreams) justamente porque comienza en un sueño. Esta es la que la mayoría de la gente, sin entrenamiento alguno, logra al menos una vez en la vida espontáneamente.
Para inducirlos el primer paso es practicar el ejercicio de recordar los sueños al despertar (tal y como explicábamos en el anterior punto). Si nos levantamos apurados por entrar en nuestras obligaciones diarias, poco éxito podemos tener en lograr sueños lúcidos. Por eso conviene despertarse poco a poco, tratar de no abrir los ojos en seguida, recordar los sueños lo mejor que podamos, con todos los detalles posibles, y anotarlos.
En la noche, antes de dormir, conviene decirse – e incluso anotar – qué es lo que uno desea hacer cuando adquiera lucidez, e ir a dormir con la intención de lograrlo. Repítete con convicción “me daré cuenta de estar soñando”. El simple hecho de desearlo es suficiente como para proporcionarnos un punto de partida.
El siguiente paso es estar siempre atentos a las señales de los sueños mediante chequeos de realidad.
III. Test de Realidad
En los sueños pasan cosas muy raras, cosas que por sentido común deberían delatarnos que estamos soñando. Pero a pesar de ello la mayoría de las veces somos incapaces de darnos cuenta. Tomamos todo como viene, creyendo que los acontecimientos más inverosímiles son verdaderos y al despertar nos preguntamos: “¿Como no me di cuenta de que era un sueño? ¡Era tan obvio!”
Si ante determinadas situaciones nos acostumbramos a preguntamos si estamos soñando durante el día -en la vigilia-, con el tiempo nuestro cerebro se programa también para hacerlo durante la noche -mientras efectivamente estamos soñando-. Varias veces al día conviene hacerse esta pregunta, entrenando al cerebro para hacerlo en todo momento.
El simple hecho de acostumbrarse a autoformularse esta pregunta es un paso elemental si se desea tener sueños lúcidos. La respuesta, cuando es negativa, suele ser automática: La realidad es contundente y cuando estamos en ella sabemos darnos cuenta con facilidad de que no es un sueño. Pero por el contrario, cuando estamos en el sueño no es tan automático. El hecho de dudar sobre la respuesta, nos da una pauta de que debe ser un sueño, porque en la realidad casi siempre nos damos cuenta en seguida de que no lo es. Podemos hacer entonces, para no tener ninguna duda, alguna de las siguientes pruebas:
* Intentar atravesarnos la palma de la mano con un dedo de la otra mano.
* Intentar volar.
* Mirar con detalle las cosas, especialmente los bordes. Si son borrosos se trata de un sueño.
* Mirar el reloj, o intentar leer algo. Si las letras y números cambian es un sueño.
* Encender una luz o activar un aparato y ver si reaccionan de forma extraña.
* Atravesar con nuestra mano una pared o cuerpo sólido.
* Movilizar objetos con la mente, o hacer aparecer algo.
Estas pruebas no sólo nos ayudan a determinar que estamos en estado de sueño y no de vigilia, sino que también sirven para “convencernos” de que estamos soñando y aumentar nuestra lucidez.
Es posible que le tome al menos una o dos semanas antes de tener su primer sueño lúcido, así que no se desespere. Recuerde también que su primer sueño lúcido probablemente sea muy corto y un tanto confuso. Eventualmente sus sueños lúcidos aumentarán en duración y frecuencia, al igual que se incrementará el control que usted tiene sobre los mismos.
IV. Qué se puede hacer
Una advertencia: Se deberá tener un propósito claro para los sueños lúcidos cuando se vaya a dormir. En otras palabras, cada noche se debe considerar qué se quiere hacer cuando se tenga un sueño lúcido, y seleccionar una cosa. En el mundo onírico las posibilidades son infinitas, pero aquí tienen varías ideas de lo que podrían intentar.
* Volar
* Atravesar muros o espejos
* Movilizar objetos con la mente
* Cambiar el entorno/paisaje
* Hacer aparecer/desaparecer gente y objetos
* Resolver problemas matemáticos simples
* Leer y recordar una vez despierto lo que se leyó
* Recordar durante el sueño algo que se propuso antes de dormirse
* Metamorfosear
* Tener sexo (difícil, pues la excitación provoca el despertar)
A veces, a pesar de ser conscientes de estar soñando seremos incapaces de manejarlo a nuestro antojo. En esos casos hay varias cosas que podemos hacer para aumentar nuestro control, como dar órdenes en voz alta (“¡Que esta persona desaparezca ya!” “¡Quiero volar!”) y sobretodo tener fe. Si estamos convencidos de que podemos hacer algo, podremos: “Este es mi sueño y yo tengo el control”.
Artículo completo en:   
http://hermandadblanca.org/biblioteca/interpretacion-de-los-suenos/

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